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Las fuentes de benceno, formaldehído y otros compuestos orgánicos volátiles (VOCs) provienen de ciertos productos de limpieza, pinturas, barnices, mobiliario, materiales de construcción, algunos productos de cuidado personal como perfumes, aerosoles para el cabello, lociones y desodorantes, tabaco, electrodomésticos como estufas de gas, calentadores de agua y secadoras de ropa que funcionan con gas pueden liberar cantidades de VOCs durante su funcionamiento.